No me gusta la chabacanería, el mal gusto, el chiste fácil (casi siempre vulgar), ni el lenguaje soez. Si una persona se expresa de manera impropia habitualmente, pierdo interés en seguir conociéndola. No debe tomarse esto como mojigatería o decadencia de mi parte. Por el contrario. Creo que el lenguaje inadecuado, el chiste fácil reemplazan la inteligencia, el ingenio, el pensar y el sentir, y todo eso que hace nuestra vida más agradable.
Me gusta que la gente conozca su esquema corporal y no confunda su boca con otras zonas remotas de su anatomía. Este es un ejemplo de humor inteligente que me agrada. Una presentación de Les Luthiers
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